Resumen: Una familia estadounidense se va a vivir al castillo de Canterville en Inglaterra. Lord Canterville, el dueño anterior, les advierte que el fantasma de sir Simon de Canterville deambula en el edificio desde hace 300 años cuando asesinó a su esposa lady Eleonore de Canterville. Pero el Sr. Otis, Estadounidense moderno y práctico, ignora las advertencias. Así, con su esposa Lucrecia, la hermosa Virginia y los gemelos Junior y Washington, se mudan a la mansión en donde el fantasma se les presenta en varias ocasiones pero no logra asustarlos, si no que, de una manera hilarante se convierte en la víctima de las bromas de la familia. Virginia, consciente de lo que sucede, se apena y al final ayuda al fantasma a conseguir paz en la muerte.
Personajes: Principales El fantasma de Canterville: es el alma en pena de un noble fantasma llamado sir Simón Canterville, que por trescientos años ha embrujado el castillo de su familia luego de asesinar a su esposa, lady Eleonore, justificándose en las graves falencias que tenía como esposa (entre otras, él menciona que no sabía cocinar en absoluto y que carecía por completo de belleza), y morir luego de nueve años tras desaparecer en extrañas circunstancias. Según él mismo relata a Virginia poco antes de encontrar la paz, los hermanos de lady Eleonore lo dejaron morir de hambre (luego la historia revela que esto sucedió en el sótano del castillo, donde permaneció encadenado con grilletes a una pared, cerca de un cántaro que contenía agua y un plato con comida). Hiram B. Otis: el «ministro de los Estados Unidos», es un acaudalado empresario estadounidense, miembro del Partido Republicano de los Estados Unidos. Pragmático y decidido, no cree en fantasmas, por lo que adquiere el castillo de Canterville y se muda a vivir allí con su familia. Lucrecia Otis: Lucrecia R. Tappan, es la esposa del Sr. Otis. Una mujer madura y guapa, de ojos hermosos y esbelto perfil. Washington Otis: hijo mayor de la familia Otis, bautizado en honor a George Washington, algo que él detesta. Rubio y buen mozo, perfectamente sensato, sus únicas debilidades son las gardenias y la nobleza. En varias ocasiones le hace jugarretas al fantasma de Canterville. Virginia Otis: una joven de quince años, esbelta y graciosa, de ojos azules. Monta a caballo —descrita como «una verdadera amazona»—. Los gemelos: conocidos como "Rayas" y "Estrellas" por la bandera de los Estados Unidos, son dos traviesos chicos que se dedican a hacerle imposible la existencia al fantasma de Canterville jugándole continuas bromas. Secundarios Lord Canterville: es el anterior dueño del castillo y quien se lo vende a Hiram B. Otis, no sin antes advertirle sobre la existencia del fantasma. El duque de Cheshire: su nombre es Cecil y es el enamorado de Virginia, a quien desea desposar. La señora Umney : la ama de llaves del castillo durante 50 años, de carácter sombrío y a la antigua, queda impresionada por la facilidad con que la familia Otis no se deja asombrar por las leyendas del castillo. Análisis del relato: La idea principal del texto habla sobre la historia de un fantasma que vive atormentando a los habitantes de una vieja casa inglesa. Las ideas secundarias van desde la historia del propio fantasma hasta las vidas de cada uno de los habitantes de la misma. La acción se desarrolla en una mansión inglesa a finales del siglo XX y tiene una ambientación bastante realista a pesar de que el protagonista es un fantasma. Están bien definidas las costumbres de la familia y el ambiente se mueve dentro de una mentalidad abierta con un tono misterioso, por lo que se trata de una novela fantástica y de intriga con ideas dramáticas. El fantasma mató a su esposa hace 300 años, y los hermanos de su mujer lo dejaron atrapado en una habitación sin comida ni bebida hasta la muerte. El mensaje que Oscar Wilde intenta expresar por medio del libro es lo preocupantes que se tornan las estructuras del materialismo propias de los burgueses, representados aquí por la familia Otis, la cual nunca se sorprende por el comportamiento del fantasma. Al contrario, intentan "combatirlo" utilizando distintos productos modernos (quitamanchas, aceite para cadenas, jarabes, etc.) y su vida nunca es alterada, a pesar de los reiterados esfuerzos que lleva a cabo el fantasma. Este encarna, en cierta forma, la figura del arte, porque necesita superarse constantemente y canalizarse de diferentes formas (en este caso, a través de la actuación o la pintura, en el caso puntual de la mancha de sangre en el piso). Posteriormente, al ver inútiles sus esfuerzos, busca la máxima elevación, la que supera la vida y la muerte: el amor para lograr el perdón de Dios.
Escuchen el audiolibro en youtube: https://youtu.be/zfehnmRZotE
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